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viernes, 14 de octubre de 2022

¿QUÉ ES EL CHOQUE CULTURAL?

 


Por Olivier Soumah-Mis Consultor/Coach Interculturalista

Cuando hablamos de choques culturales siempre lo ligamos a las expatriaciones.

Es cierto que todo expatriado donde vaya al extranjero vivirá ciertos choques culturales, más o menos violentos según la distancia cultural que separa el país de expatriación del país de origen del expatriado.


Muchas veces me preguntan: ¿Cuáles el país más difícil para adaptarse culturalmente? En realidad no hay un país más difícil que otros, todo depende de las personas. En un mismo país un expatriado va a caer en depresión cuando otro se va a enamorar de la cultura local y no va a querer regresar a su país de origen.

El éxito y/o el fracaso de una expatriación depende de las personas y de su preparación a la adaptación a la nueva cultura en la cual todos los miembros de la familia van a tener que integrarse.

Algunos conceptos importantes que debemos tener en mente al momento de decidir la aventura de la expatriación:

- La intensidad del choque cultural no es forzosamente proporcional a la distancia kilométrica que separa los dos países. No es porque me voy lejos que forzosamente el esfuerzo de adaptación será grande. México comparte 3000 kilómetros de frontera común con Estados Unidos y las dos culturas son opuestas en muchos puntos culturales.

§  - No estamos hechos todos para ir a vivir en cualquier país del mundo. Es muy importante conocerse culturalmente muy bien para saber en que tipo de molde cultural podemos integrarnos sin que sea doloroso. Hay personas que se sentirán como un pez en el agua en culturas estructuradas, organizadas, donde las cosas se planifican. Otras personas se sentirán mejor en países más “caóticos” donde las cosas son más espontáneas y se hacen en el momento según las circunstancias.

Muchos de los fracasos de las expatriaciones tienen como raíz la mala elección del expatriado. El error que hacen muchísimas empresas al momento de escoger un futuro expatriado es que lo eligen sobre sus resultados profesionales, sus competencias técnicas y su experiencia en la empresa, alguien que tiene cierto tiempo en la empresa. Si la empresa necesita un nuevo director de mercadotecnia en su filial de Japón, van a escoger al mejor gerente de mercadotecnia que tienen en el corporativo o en una de sus filiales.

Hay que preguntarse si este “mejor” gerente de mercadotecnia tiene los soft skills necesarios para adaptarse. ¡Y muy pocas veces se hacen esta pregunta!!

Son estos soft skills que permiten al expatriado, cuando las tiene, de reducir la intensidad de los choques culturales. Cada miembro de la familia debe tenerlas, el miembro de la familia que no las tiene esta en peligro de vivir una expatriación dolorosa o peor una depresión.


Cuando el expatriado y su familia llegan en un nuevo país, es decir en una nueva cultura, y sin ninguna preparación cultural, llegan con su bagaje cultural, es decir con sus certezas, sus creencias, sus valores, normas y principios culturales y al momento de empezar a integrarse en el nuevo contexto cultural van a vivir un cuestionamiento de estas certezas y creencias, valores normas y principios. Nos vamos a dar cuenta que hay otras maneras de pensar, de ser y de hacer las cosas, de resolver problemas. Nos vamos a dar cuenta que las palabras no tienen el mismo sentido en todas las culturas, en realidad nada es universal, todo es local. ¿Qué quiere decir respeto para un mexicano, un francés o un japonés? Cada uno tiene su percepción de lo que es el respeto. ¿Llegar tarde a una cita es una falta de respeto? En algunos países lo es en otros no lo es. La palabra respeto existe en todos los idiomas pero no esta interpretada exactamente de la misma manera. ¿Qué quiere decir ahorita para un Mexicano o un alemán? Claramente no quiere decir lo mismo aún si la palabra existe en español y en alemán.

Al momento de vivir estas situaciones el expatriado y cada miembro de su familia viven una perdida de referencia, hasta las palabras ya no las entendemos muy bien en el país de expatriación. Viven una situación de desestabilización profunda porque nuestro nuevo entorno cultural nos cuestiona sobre nuestra esencia, nuestra cultura, nuestras certezas y creencias, nuestros valores que nos inculcaron desde nuestra infancia. Ya estamos en el choque cultural.

Para sobre vivir a los choques culturales debemos tener ciertas cualidades intelectuales, emocionales y psicológicas.

Todo expatriado debe ser evidentemente adaptable, pero yo iría más allá de la adaptación, mi experiencia me hace decir que un expatriado debe ser resiliente, porque en cualquier país vamos a tener que adaptarnos a diferencias culturales aceptables para uno pero también a diferencias culturales inaceptables para uno. El expatriado no va a cambiar la cultura local, solo puede adaptarse a esta nueva cultura para él. Pero puedo adaptarme solo si acepto las diferencias las que me gustan como las que no me gustan.

Por eso el expatriado y cada miembro de la familia deben ser empáticos y muy flexibles mentalmente para poder aceptar las cosas como son, no como quisiera que fueran. Es importante tener un verdadero interés por la cultura local para entenderla.

Siempre vemos el lado “glamoroso” de las expatriaciones pero como coach interculturalista, que apoya a directivos expatriados en problemas, les aseguro que la expatriación es un reto, la adaptación es un proceso y es un esfuerzo intelectual y que todo depende justamente de la flexibilidad mental de las personas en estas situaciones.

Sobreviven a las expatriaciones las personas que aceptan que otros confronten, cuestionen su percepción del mundo, de su país de ellos mismos y que quizás también tienen razón de ver las cosas como las ven. Las diferencias culturales enriquecen no se sustituyen a mis certezas, creencias, valores, normas y principios culturales.

sábado, 6 de junio de 2015

EL CAPITULO DEL ACOMPAÑAMIENTO DE LOS EXPATRIADOS DENTRO DE LA POLITICA DE MOVILIDAD INTERNACIONAL

Por: Olivier Soumah-Mis Global Executive Coach

Un estudio sobre la movilidad internacional y del talento en las empresas de Deloitte demuestra que:

  • Un tercio de las organizaciones indicaron que incluirán en la planeación anual la revisión de sus estrategias de movilidad internacional y del talento para los próximos 12 meses.
  • Tan sólo 2% de las organizaciones consideran que sus programas de movilidad internacional y del talento son de buen nivel.
  • El 70% de las empresas y los responsables de capital humano indican que las iniciativas de movilidad internacional y del talento en su organización han dado resultados pero aún necesitan mejorar.
  • Sólo el 12% de los participantes en el estudio de Deloitte indicó que realiza evaluaciones claras de sus prácticas de movilidad de talento con el objetivo de realizar mejoras.

Para realizar este estudio, Deloitte consultó a más de 195 participantes de todas las regiones importantes en el mundo, con representación de Europa (44%) y Norteamérica (35%) como los principales contribuyentes. El estudio fue completado por profesionales de capital humano de alto nivel – Responsables de Recursos Humanos, Talento, Compensaciones / C & B o Movilidad y socios de negocios de alto nivel de Capital Humano. Más de una cuarta parte de las organizaciones consultadas tiene una facturación anual de más de $10 mil millones de dólares y casi todas las industrias y sectores han sido valoradas. Las organizaciones participantes en el estudio tienen un total de 108.000 asignaciones globales.

El 42% de aquellos que están involucrados en roles relacionados con capital humano consideran como estratégicas estas políticas de movilidad internacional y del talento.

Sin embargo, en fuerte contraste, el 42% de los encargados del talento y remuneración, que cuentan con la oportunidad de elevar la movilidad de talento al ámbito de la estrategia – lo perciben como una mera cuestión administrativa.

En plena aceleración de la globalización y guerra mundial por el talento tener una efectiva política de movilidad internacional y del talento se vuelve estratégico, capital, para la sobrevivencia de las empresas.

Si comparamos estos expatriados al ejército, serían las fuerzas especiales. Estas fuerzas especiales en el ejército tienen un entrenamiento específico, un equipamiento, armas concebidos especialmente para ellos y misiones específicas que no tienen los demás comunes soldados. Debería ser exactamente igual para los expatriados, tener una preparación específica, seminarios, coachs, Cultural Assessment Centers, seguramente más recursos que el empleado “clásico, normal” y misiones de valor agregado más fuertes.

Un expatriado abre nuevos mercados, crea, desarrolla la filial y el negocio sobre mercados extranjeros, muchas veces se manda un expatriado porque hay problemas en una de las filiales y tiene  que ir a resolver estos problemas y hacer que esta filial se vuelva productiva. Se debe considerar los expatriados como el élite de los empleados de la empresa.

La política de movilidad internacional y la del talento, no se deben disociar la una a la otra. El talento en la empresa son estos jóvenes recientemente salidos de las mejores escuelas de negocios, de ingeniería del mundo, son la futura Dirección General de las empresas. Antes, se expatriaba únicamente a ejecutivos de 35/50 años con sus familias y con mucha experiencia dentro de la empresa. Otra estrategia nació en varias empresas y se va a expandir a muchas más, es de mandar lo más antes posible a estos Altos Potenciales, a este joven talento en crecimiento al internacional. El objetivo es que tengan lo más rápidamente posible una visión global del negocio y que adquieren cualidades y competencias interculturales. Tendrán que saber manejar equipos multiculturales, saber negociar en contextos culturales distintos, generar empatía con los clientes extranjeros, tener acuerdos con sus socios internacionales, resolver problemas cada día más complejos, etc. La ventaja para la empresa es que estos jóvenes aún no tienen cargas de familia lo que permite cambiarlos de países cada año o 2. Son asignaturas cortas pero muy enriquecedoras para estos Strategic Movers. Son los futuros Líderes Nómadas Glocales de la empresa, tendrán una visión global del negocio y sabrán actuar al nivel local.

Se acuerdan del artículo intitulado: El choque cultural las distintas fases de la adaptación cultural, donde se describe las distintas fases de adaptación que todo expatriado ha experimentado en cualquier país que estuvo. La política de acompañamiento de los expatriados debería estar indexada sobre estas distintas fases:



Entre la fase 1 y las fases 5,6,7 en promedio pasa un año. Es el primer año que definirá si la expatriación será un éxito o un fracaso. Es el más delicado porque es el momento donde el esfuerzo de adaptación es lo más fuerte para el expatriado y cada miembro de su familia. Es el año durante el cual el acompañamiento es fundamental, es muy importante no dejar los expatriados y sus familias solos con sus dudas, incomprensiones, frustraciones, malos entendimientos de su nueva realidad cultural tanto al nivel personal como profesional.

El punto de partida es que no todos estamos hechos para vivir en cualquier país, en realidad son muy pocos los que realmente se adaptan a cualquier entorno cultural. Unos estarán más a gusto en países latino, no se molestarán de la informalidad, de los retrasos, etc. Donde otros en Alemania se sentiran más agusto por el rigor profesional, la punctualidad, exigido por esta cultura. Muy pocos tendrán la capacidad de pasar de una cultura a otra sin secuelas.

La politica de acompañamiento debe seguir esta curba de aprendizaje que viven los expatriados:

FASE 1: Luna de Miel:

En realidad antes de la fase 1 es decir antes de seleccionar al candidato, podría ser interesante tener el perfil cultural promediio de las personas de los países donde la empresa tiene presencia. El perfil cultural por país permite definir un marco de cualidades importantes para estar agusto en este país y permitirá seleccionar candidatos que se adaptarán quizas más facilmente en el país, donde su esfuerzo de adaptación no será tan fuerte.

Una vez selecionado candidatos potenciales, realizar un Cultural Assessment Center, realizando el perfil cultural de los candidatos, evaluar a la familia y al expatriado con herramientas psicométricas para tener una visión profunda de las distintas personalidades y definir que tipo de lideres son y analizar la congruencia con la cultura del país de expatriación.

Una vez selecionado el candidato ideal, darle para el y su familia una sólida preparación al país. Deben llegar con un conocimiento preciso de donde van a vivir y trabajar. Leer las guías turísticas no es suficientes. Las empresas deben invertir en sus “fuerzas especiales”.

FASE 2: Baja de ánimo:

Después de la fase 1 que es la fase de enamoramiento, de Luna de Miel, viene la baja de ánimo. Para evitar de caer más allá de la baja de ánimo, que es una fase normal, todos los expatriados pasan por esta fase, para evitar de caer en las fases 3 o peor 4, será importante empezar sesiones de coaching para acompañar al expatriado y su familia. Es la fase donde el expatriado y familia despierten, ponen los pies en la tierra y empiezan a estar confrontados a la realidad de la vida en el país con sus ventajas y desventajas. Es el momento de no dejarlos solos, como lo comente más arriba.

FASE 3: Cae en un ánimo francamente negativo con su nuevo entorno:

Intensificar las sesiones de coaching, tambien existen psicólogos especialistas para expatriados, será el momento de utilizarlos. En el equipo de Olivier Soumah-Mis tenemos varios psicólogos especializados en expatriados. El objetivo recuperar al miembro de la familia en situación de destreza, antes que caiga en depresión.

FASE 4: El expatriado o un miembro de la familia está en desamparo emocional hasta puede caer en depresión nerviosa:

El expatriado o un miembro de su familia cayo en depresión, no habrá mucho más que hacer, ya pensaremos en la repatriación, regreso a casa.

En realidad el Cultural Assessment Center y las sesiones de coaching durante la fase 2 deben servir a evitar las fases 3 y 4. Pero trabajamos con la materia humana, no estamos en ciencias exactas, pero las 2 primeras etapas bien realizadas optimizan realmente el éxito. Se estima que el costo del fracaso y del regreso a casa del expatriado y de su familia cuesta 12 veces más, en promedio, que la inversión en la preparación y el seguimiento del expatriado.

FASE 5: El expatriado y su familia ya entendieron las nuevas reglas de su nuevo entorno cultural pero aún así, no les gusta, no les conviene.

Intensificar y prolongar las sesiones de coaching, es importante en esta fase si el expatriado o un miembro de la familia no esta muy agusto en su país de destino. En Muchos de los casos son pequeños detalles que vienen a molestar el cotidiano, es importante entender el porque del disgusto y trabajar en el.

FASE 6: El expatriado ya se adaptó y aprovecha de manera positiva su nueva experiencia:

Es la fase soñada por parte de todo encargado de los expatriados y de los mismos expatriados. En esta situación solo hay que dar un seguimiento regular con un cuestionario para tomar la temperatura que permitirá evaluar el grado de integración del expatriado y familia en su país de destino y dejarlos aprovechar su estancia.

FASE 7: El expatriado se vuelve más local que los locales y se enamora del país:

Fase que pasa seguido, y que no es comoda para la empresa porque eso quiere decir que el regreso puede ser doloroso, hasta unos preferiran renunciar y quedarse en el páis que regresar al corporativo. Es importante anticipar esta fase, preparar el regreso. Se recomendará organizar sesiones de coaching y establecer una estrategia adaptada a este caso para que el expatriado no pierda el contacto con su país hasta quizas reducir el tiempo de la expatriación.


Otro punto importante de la fase del regreso es que cada expatriado regresa al corporativo con una experiencia única, un nivel de consciencia más amplio, aprendio maneras de trabajar, de negociar, de resolver problemas distintos, es importante que el corporativo recupere esta experiencia este conocimiento totalmente informal para enriquecer el ADN de la empresa, para que la empresa tome las buenas prácticas de todas sus filiales y las incorpore en sus procesos. Es importante formalizar todo este conocimiento y compartirlo con todos. Así la empresa se volverá realmente global.

Para eso un Cultural Assessment Center al regreso con objetivo de formalizar todo este conocimiento y compartirlo a traves de seminarios y talleres, en el intranet de la empresa, organizar un magno evento al año durante el cual los expatriados claves de todos los países donde la empresa tiene presencia vienen al corporativo a compartir sus experiencias con los demas, etc.

Todos estos conocimientos y experiencias adquiridos por todos los expatriados de la empresa, seran en realidad el ROI de la empresa sobre su inversión en su política de la movilidad internacional y del talento. Muy pocas empresas lo recuperan.

Les proponemos de acompañarlos en el diseño o la mejora de su politica de movilidad internacional y del talento.

Contacto: Olivier Soumah-Misolivier@oliviersoumahmis.guru

domingo, 17 de mayo de 2015

EL CHOQUE CULTURAL: LAS DISTINTAS FASES DE LA ADAPTACIÓN CULTURAL

Por Olivier Soumah-Mis: Global Executive Coach

Todo expatriado necesita un cierto tiempo de adaptación a su nuevo entorno cultural. Pasa por varias fases. Es importante que el expatriado tenga una preparación a su nuevo país y un seguimiento (coaching) durante los primeros 6 meses o el primer año de adaptación porque algunas fases pueden ser dolorosas.
Todo expatriado vive el famoso choque cultural. Muchas veces me piden en cual país es lo más difícil adaptarse, pero, como ya lo he escrito en otros artículos, no hay un país más difícil, hay personas con capacidades de adaptación más grandes, con más tolerancia a las diferencias. Hay personas flexibles y otras más rígidas, hay personas que piensan que su manera de hacer y/o de pensar es mejor, y otras que piensan que van a aprender de los demás.


Independientemente de estas cualidades todos los expatriados pasan por estas distintas fases que componen el choque cultural. El punto de partida es que la expatriación debe ser una elección del ejecutivo y de su familia, sobre todo no se debe imponer una expatriación, optimizarían el fracaso.



FASE 1: Fase de luna de miel: El expatriado y su familia positivan todo, todo es nuevo para ellos, descubren su nuevo entorno, todo es distinto. Además las condiciones de vida en muchos casos, no todos, son mejores que en su propio país. El sueldo aumenta, la casa es mucho más grande, si es un directivo puede tener un chofer, personal de casa, etc. El expatriado gana en Euros o en Dólares y gasta en pesos mexicanos, en reales brasileños, en quetzales guatemaltecos, en pesos filipinos o en Cedi de Ghana, en fin tiene un poder adquisitivo mayor, responsabilidades profesionales mayores también, todos estos factores hacen que al principio todo es maravilloso.

FASE 2: El ánimo baja: Varios factores hacen que esta fase se vuelve delicada. Cada miembro de la familia empieza a extrañar lo que dejaron atrás, su familia, sus amigos, la comida, es importante de cuidar a los adolescentes que tuvieron que dejar a los novios o novias. Otro factor importante, es que el expatriado y su familia empiezan a darse cuenta que su comportamiento, su manera de pensar no son al 100% compatibles con su nueva realidad cultural pero aún no entienden al 100% las nuevas reglas sociales, profesionales locales, para adaptarse con sus colegas y en su país de adopción. Podríamos decir que se encuentran en una especie de “no mans land” cultural, muy inconfortable e incómoda a vivir. Por último todos estos detalles que el expatriado no percibía como molestos en su fase de luna de miel, empiezan a molestar, el expatriado empieza a poner los pies sobre la tierra. El famoso insoportable tráfico de la ciudad de México que al principio le permitía descubrir la ciudad en la fase de luna de miel, en esta fase de repente se vuelve difícil.

FASE 3: Cae en un ánimo francamente negativo con su nuevo entorno. El esfuerzo de adaptación pesa, cansa, no es innato, es realmente un esfuerzo. Los detalles negativos se acumulan, pueden ser de la vida personal y de la vida profesional, el tráfico diario, los retrasos, la comida demasiada condimentada, el ruido de los vecinos, el calor o el frío, el esfuerzo de hablar el idioma local, el caos en las calles o demasiado orden según los países. En esta fase el expatriado es francamente negativo en relación con el país, se queja mucho. Es una fase muy delicada, el expatriado pero sobre todo la pareja necesita apoyo en esta fase para no caer en depresión. Los estudios demuestran que sobre el 30/50% de los fracasos en las expatriaciones, el 80% es la pareja que entra en esta fase y cae en depresión.

Lo importante que hay que anotar es que la fase 1,2 y 3 son fase por las cuales los expatriados y sus familias van a pasar forzosamente. A partir de la fase 3 el expatriado y los miembros de la familia se encontrarán en una de las fases siguientes:

FASE 4: El expatriado o un miembro de la familia está en desamparo emocional hasta puede caer en depresión nerviosa, Esta fase no les pasa a todos. Hay que ser vigilante en la fase 3. La expatriación se vuelve dolorosa. Cuando el expatriado o un miembro de la familia cayó en esta fase, no queda mucho más que hacer que organizar el regreso anticipado. La selección de los expatriados y su seguimiento durante su estancia en el país de destino es capital para evitar estas situaciones dramáticas tanto para el miembro de la familia afectado y su familia entera porque eso genera dramas familiares como para la empresa que invirtió en el expatriado y su familia.

FASE 5: El expatriado y su familia ya entendieron las nuevas reglas de su nuevo entorno cultural pero aún así, no les gusta, no les conviene. Esta persona se quedará negativa, frustrada, no caerá en depresión pero no optimizará su experiencia. Se quejará y criticará todo, todo lo largo de su expatriación en el país. Comparará todo con su país y claro todo será mejor en su país. Muchos expatriados viven esta situación. Sufren emocionalmente en silencio, saben que no pueden pedir al corporativo un regreso anticipado, porque eso significaría un fracaso y no obtendrían una nueva oportunidad de promoción en la empresa. Lo importante para las personas que administran los expatriados es de tomar consciencia que no todos estamos hechos para ir a vivir donde sea. Al momento de la selección de los expatriados es importante medir en qué tipo de país, de cultura puede mejor adaptarse el expatriado y su familia.

FASE 6: El expatriado ya se adaptó y aprovecha de manera positiva su nueva experiencia. Esta fase es la ideal, el expatriado y su familia están muy contentos de su nueva experiencia de vida, aprovechan el país, su cultura al 100%, viajan en el país, prueban la comida local, tienen amigos locales, realmente se integran. Cuando se acabará el tiempo de su expatriación, serán contentos de ir a otro país o de regresar al suyo. Son ciudadanos del mundo.

FASE 7: El expatriado se enamora del país. Se vuelve más locales que los mismos locales. El, al contrario del expatriado que se quedó en la fase 5, será crítico con su propio país, pensando que la gente de su país de expatriación ellos si saben vivir, trabajar, comer, tener relaciones, etc. El gran problema al cual tendrá que confrontarse la empresa con este expatriado, es al momento del regreso. O renunciará porque encontró el país en el cual se siente mejor y no se quiere regresar, aprovechará las relaciones que creo en su trabajo anterior para encontrar un trabajo con un cliente o un proveedor, o creará su propia empresa. O el riesgo al regresar será de mal vivir el regreso, hasta puede caer en depresión en su propio país. Si se detecta un expatriado en esta fase será importante mantenerlo seguido en contacto con su país de origen, organizar juntas importantes cerca de vacaciones para incitarlo a quedarse en su familia, en su país para algunas vacaciones, por ejemplo, y con el fin de preparar el regreso.

En conclusión, lo importante es de acompañar a los expatriados en su proceso de adaptación, una expatriación es un reto, y algunas fases son más delicadas que otras. Medir el nivel de integración y/o de frustración del expatriado y su familia todo lo largo de la expatriación es muy importante para optimizar el éxito de cada experiencia internacional. Sabemos que el primer año es el más delicado, es el tiempo necesario en promedio para adaptarse, integrarse y ser eficiente profesionalmente en un entorno cultural nuevo.

Les proponemos de acompañarlos en la administración de sus expatriados para que sus experiencias sean positivas y exitosas.

Contacto: Olivier Soumah-Mis: olivier@oliviersoumahmis.guru

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