Por Olivier
Soumah-Mis: Global Executive Coach
Todo
expatriado necesita un cierto tiempo de adaptación a su nuevo entorno cultural.
Pasa por varias fases. Es importante que el expatriado tenga una preparación a su
nuevo país y un seguimiento (coaching) durante los primeros 6 meses o el primer
año de adaptación porque algunas fases pueden ser dolorosas.
Todo
expatriado vive el famoso choque cultural. Muchas veces me piden en cual país
es lo más difícil adaptarse, pero, como ya lo he escrito en otros artículos, no
hay un país más difícil, hay personas con capacidades de adaptación más grandes,
con más tolerancia a las diferencias. Hay personas flexibles y otras más
rígidas, hay personas que piensan que su manera de hacer y/o de pensar es
mejor, y otras que piensan que van a aprender de los demás.
Independientemente
de estas cualidades todos los expatriados pasan por estas distintas fases que componen
el choque cultural. El punto de partida es que la expatriación debe ser una
elección del ejecutivo y de su familia, sobre todo no se debe imponer una expatriación,
optimizarían el fracaso.
FASE 1: Fase de luna de miel: El expatriado y su familia positivan todo,
todo es nuevo para ellos, descubren su nuevo entorno, todo es distinto. Además
las condiciones de vida en muchos casos, no todos, son mejores que en su propio
país. El sueldo aumenta, la casa es mucho más grande, si es un directivo puede
tener un chofer, personal de casa, etc. El expatriado gana en Euros o en Dólares
y gasta en pesos mexicanos, en reales brasileños, en quetzales guatemaltecos,
en pesos filipinos o en Cedi de Ghana, en fin tiene un poder adquisitivo mayor,
responsabilidades profesionales mayores también, todos estos factores hacen que
al principio todo es maravilloso.
FASE 2: El ánimo baja: Varios factores hacen que esta fase se vuelve
delicada. Cada miembro de la familia empieza a extrañar lo que dejaron atrás,
su familia, sus amigos, la comida, es importante de cuidar a los adolescentes
que tuvieron que dejar a los novios o novias. Otro factor importante, es que el
expatriado y su familia empiezan a darse cuenta que su comportamiento, su
manera de pensar no son al 100% compatibles con su nueva realidad cultural pero
aún no entienden al 100% las nuevas reglas sociales, profesionales locales, para
adaptarse con sus colegas y en su país de adopción. Podríamos decir que se
encuentran en una especie de “no mans land” cultural, muy inconfortable e incómoda
a vivir. Por último todos estos detalles que el expatriado no percibía como
molestos en su fase de luna de miel, empiezan a molestar, el expatriado empieza
a poner los pies sobre la tierra. El famoso insoportable tráfico de la ciudad
de México que al principio le permitía descubrir la ciudad en la fase de luna
de miel, en esta fase de repente se vuelve difícil.
FASE 3: Cae en un ánimo francamente negativo con su nuevo entorno. El esfuerzo
de adaptación pesa, cansa, no es innato, es realmente un esfuerzo. Los detalles
negativos se acumulan, pueden ser de la vida personal y de la vida profesional,
el tráfico diario, los retrasos, la comida demasiada condimentada, el ruido de
los vecinos, el calor o el frío, el esfuerzo de hablar el idioma local, el caos
en las calles o demasiado orden según los países. En esta fase el expatriado es
francamente negativo en relación con el país, se queja mucho. Es una fase muy
delicada, el expatriado pero sobre todo la pareja necesita apoyo en esta fase
para no caer en depresión. Los estudios demuestran que sobre el 30/50% de los
fracasos en las expatriaciones, el 80% es la pareja que entra en esta fase y
cae en depresión.
Lo
importante que hay que anotar es que la fase 1,2 y 3 son fase por las cuales
los expatriados y sus familias van a pasar forzosamente. A partir de la fase 3
el expatriado y los miembros de la familia se encontrarán en una de las fases
siguientes:
FASE 4: El expatriado o un miembro de la familia está en desamparo emocional
hasta puede caer en depresión nerviosa, Esta fase no les pasa a todos. Hay
que ser vigilante en la fase 3. La expatriación se vuelve dolorosa. Cuando el
expatriado o un miembro de la familia cayó en esta fase, no queda mucho más que
hacer que organizar el regreso anticipado. La selección de los expatriados y su
seguimiento durante su estancia en el país de destino es capital para evitar
estas situaciones dramáticas tanto para el miembro de la familia afectado y su
familia entera porque eso genera dramas familiares como para la empresa que invirtió
en el expatriado y su familia.
FASE 5: El expatriado y su familia ya entendieron las nuevas reglas de su nuevo
entorno cultural pero aún así, no les gusta, no les conviene. Esta persona
se quedará negativa, frustrada, no caerá en depresión pero no optimizará su
experiencia. Se quejará y criticará todo, todo lo largo de su expatriación en
el país. Comparará todo con su país y claro todo será mejor en su país. Muchos
expatriados viven esta situación. Sufren emocionalmente en silencio, saben que
no pueden pedir al corporativo un regreso anticipado, porque eso significaría
un fracaso y no obtendrían una nueva oportunidad de promoción en la empresa. Lo
importante para las personas que administran los expatriados es de tomar
consciencia que no todos estamos hechos para ir a vivir donde sea. Al momento
de la selección de los expatriados es importante medir en qué tipo de país, de
cultura puede mejor adaptarse el expatriado y su familia.
FASE 6: El expatriado ya se adaptó y aprovecha de manera positiva su nueva
experiencia. Esta fase es la ideal, el expatriado y su familia están muy
contentos de su nueva experiencia de vida, aprovechan el país, su cultura al
100%, viajan en el país, prueban la comida local, tienen amigos locales,
realmente se integran. Cuando se acabará el tiempo de su expatriación, serán
contentos de ir a otro país o de regresar al suyo. Son ciudadanos del mundo.
FASE 7: El expatriado se enamora del país. Se vuelve más locales que los
mismos locales. El, al contrario del expatriado que se quedó en la fase 5, será
crítico con su propio país, pensando que la gente de su país de expatriación
ellos si saben vivir, trabajar, comer, tener relaciones, etc. El gran problema
al cual tendrá que confrontarse la empresa con este expatriado, es al momento
del regreso. O renunciará porque encontró el país en el cual se siente mejor y
no se quiere regresar, aprovechará las relaciones que creo en su trabajo
anterior para encontrar un trabajo con un cliente o un proveedor, o creará su
propia empresa. O el riesgo al regresar será de mal vivir el regreso, hasta
puede caer en depresión en su propio país. Si se detecta un expatriado en esta
fase será importante mantenerlo seguido en contacto con su país de origen,
organizar juntas importantes cerca de vacaciones para incitarlo a quedarse en
su familia, en su país para algunas vacaciones, por ejemplo, y con el fin de preparar
el regreso.
En
conclusión, lo importante es de acompañar a los expatriados en su proceso de
adaptación, una expatriación es un reto, y algunas fases son más delicadas que
otras. Medir el nivel de integración y/o de frustración del expatriado y su
familia todo lo largo de la expatriación es muy importante para optimizar el
éxito de cada experiencia internacional. Sabemos que el primer año es el más
delicado, es el tiempo necesario en promedio para adaptarse, integrarse y ser
eficiente profesionalmente en un entorno cultural nuevo.
Les
proponemos de acompañarlos en la administración de sus expatriados para que sus
experiencias sean positivas y exitosas.
Contacto:
Olivier Soumah-Mis: olivier@oliviersoumahmis.guru
Website:
www.oliviersoumahmis.guru
No hay comentarios:
Publicar un comentario