Por Olivier Soumah-Mis Coach Interculturalista
La experiencia de expatriación va más allá de
cambios físicos y adaptación cultural; se trata también de transformaciones
profundas en el ámbito mental y emocional. Muchas veces, lo que ocurre en la
mente de un expatriado es complicado y multifacético. A continuación,
exploramos las dinámicas psicológicas que se activan durante esta etapa.
1. Ambivalencia Emocional
Los expatriados a menudo experimentan una mezcla
de sentimientos positivos y negativos. La ambivalencia es común, donde momentos
de emoción y descubrimiento se ven empañados por la tristeza y la nostalgia.
Estas emociones contradictorias pueden llevar a un estado constante de alerta
emocional, donde los expatriados oscilan entre sentirse emocionados por nuevas
experiencias y añorando la familiaridad de casa.
2. Pensamientos sobre la
Identidad
La expatriación provoca una profunda reflexión
sobre la identidad personal. Los expatriados a menudo se preguntan:
- ¿Quién
soy en este nuevo contexto?
La desconexión de su entorno familiar puede crear una crisis de identidad, donde los expatriados redefinen su sentido de sí mismos y lo que significa pertenecer. - Dualidad
Cultural:
Con el tiempo, pueden sentir que pertenecen a dos culturas, lo que puede generar una sensación de no encajar completamente en ninguna de ellas.
3. Autoevaluación y Presión
Interna
Mudarse a un nuevo país también puede activar una
autoevaluación crítica. Muchos expatriados sienten una presión interna para
tener éxito en su nueva vida.
Pueden experimentar:
- Síndrome
del Impostor:
El sentimiento de no estar a la altura de las expectativas, ya sea propias o ajenas, puede minar su confianza. - Expectativas
Sociales:
La presión por integrarse rápidamente y adaptarse a nuevas normas sociales puede llevar a la ansiedad y el miedo al juicio.
4. Soledad y Aislamiento Social
A pesar de buscar experiencias enriquecedoras, muchos expatriados se enfrentan a la soledad. La simple distancia de seres queridos, combinada con la dificultad para establecer nuevas relaciones, puede llevar a un profundo aislamiento. Los pensamientos recurrentes sobre la falta de apoyo emocional o la imposibilidad de compartir experiencias pueden intensificar el sentimiento de soledad.
5. Nostalgia y Pérdida
La nostalgia no solo implica añorar el hogar;
puede convertirse en un proceso de duelo por lo que se ha dejado atrás. Esto
incluye:
- Duelo
por la Familiaridad:
La pérdida de rutinas diarias, amigos cercanos y entornos familiares puede ser emocionalmente difícil. - Anhelo
por Conexiones:
La dificultad para formar nuevas amistades puede intensificar los recuerdos de las conexiones profundas del pasado.
6. Adaptación y Estrategias
Cognitivas
Durante su estancia en un contexto nuevo, los expatriados suelen desarrollar diversas estrategias cognitivas para lidiar con la complejidad de sus emociones:
- Reenfoque
Cognitivo:
Algunos aprenden a ver la expatriación como una oportunidad de crecimiento en lugar de un desafío; esto puede ayudar a mitigar la ansiedad. - Mindfulness
y Autocompasión:
Prácticas de atención plena pueden ayudar a los expatriados a manejar sus emociones y reducir el impacto del estrés.
7. Transición y Expectativas
Futuras
Con el tiempo, muchos expatriados comienzan a
pensar en su futuro y en cómo su experiencia los ha moldeado. Preguntas como:
- ¿Volveré
a casa o seguiré en este nuevo lugar?
Pueden surgir sentimientos de ambivalencia sobre el deseo de regresar frente al apego al nuevo entorno. - ¿Cómo
influirán estas experiencias en mi identidad a largo plazo?
Los expatriados a menudo reflexionan sobre cómo su tiempo en el extranjero afecta su trayectoria personal y profesional.
Conclusión
Los expatriados pasan por un viaje interno
complejo lleno de ambivalencias emocionales, reflexiones sobre la identidad y
desafíos psicológicos. Este proceso no solo afecta su bienestar mental en el
presente, sino que también puede tener un impacto duradero en su forma de ver
el mundo y su lugar en él. Comprender estos aspectos de la psicología de la
expatriación es vital para ofrecer el apoyo adecuado y facilitar una adaptación
más saludable a estos nuevos contextos.
La mayoría de los expatriados y sus familias pasan
por estas montañas rusas emocionales, en muchos casos no comunican a la empresa
sus dudas, sus miedos, sus frustraciones, su malestar. La empresa no se da
cuenta porque no esta al tanto del bienestar de cada expatriado y de su
familia, lo que quiere decir que no hay los apoyos necesarios cuando lo
necesitan, un coach interculturalista para la parte profesional o un psicólogo
para la parte más personal. En muchos casos el miembro afectado debe arreglárselas
solo.