Por Olivier Soumah-Mis Consultor/Coach
en Management Intercultural
La relación al tiempo es uno de los fundamentos
culturales de cada países, y claramente no todos tenemos la misma relación al
tiempo. El tiempo no solo es una medida cronológica que permite medir y
organizar nuestras actividades, sino también es un marco mental que define cómo
las sociedades perciben y se enfocan más en su pasado o en su presente o en su
futuro lo que influirá directamente en sus decisiones económicas, políticas y
culturales, a largo, mediano o corto plazo, moldeando su desarrollo
socioeconómico y la velocidad con que este ocurre. Países orientados hacia el
futuro suelen priorizar la inversión en innovación y educación, acelerando su
crecimiento, mientras que aquellos anclados en el pasado o enfocados en el
presente enfrentan mayores desafíos para avanzar. Este artículo explora cómo la
relación con el tiempo define el progreso de las naciones, ilustrándolo con
ejemplos concretos.
Como lo dijo Seneca: “No hay viento favorable
para el que no sabe dónde va”
1. Sociedades Orientadas al Futuro: Inversión y Aceleración
Las naciones que proyectan su visión décadas
adelante suelen exhibir un desarrollo rápido y sostenido. Su enfoque en metas a
largo plazo las lleva a invertir en infraestructura, tecnología y capital
humano, creando círculos virtuosos de crecimiento. Tienen una visión, saben
donde quieren llegar y construyen el camino para llegar a la meta. Todas las
decisiones, los planes están alineadas hacia el objetivo futuro.
- China: Hace
40 años era un país mucho más pobre que México Desde sus Planes
Quinquenales hasta la iniciativa Made in China 2025,
el país ha priorizado la industrialización, la inteligencia artificial, las
energías renovables y la educación. En cuatro décadas, logró sacar a 800
millones de personas de la pobreza y convertirse en la segunda economía
global. Las nuevas rutas de la seda es un plan de desarrollo con una
visión a 50 años permite a China alcanzar un crecimiento económico,
tecnológico, social rápido.
- Singapur: Tras
su independencia en 1965, el gobierno con una visión a largo plazo, implementó
políticas educativas rigurosas y atrajo inversión extranjera. Hoy, su PIB
per cápita supera los $72,000 (Banco Mundial, 2022), respaldado por su
apuesta a ser una de las mayores Smart Nation líder en
digitalización.
- Corea
del Sur: De ser un país devastado por la guerra
en los años 50, donde había hambruna, se transformó en una potencia
tecnológica gracias a conglomerados como Samsung y Hyundai, invirtiendo el
4,8% de su PIB en Investigación y Desarrollo (OCDE, 2023). Pero también
como los demás países asiáticos con una visión a largo plazo.
- Dubai
(EAU): Hace 40 años Dubai era un desierto con nómadas y camellos pero con
su Visión 2021, anticipo el declive del petróleo diversificando
su economía en el turismo de lujo, la logística y la Fintech, construyendo
infraestructuras icónicas como el Burj Khalifa y apostando por ciudades
inteligentes.
Estos países demuestran que una visión y una
planificación a largo plazo enfoca a la gente hacía el objetivo a alcanzar, a
ver hacia adelante, permite atraer capital financiero y humano, cerebros,
genera empleos de alto valor y fomenta la innovación. Las nuevas tecnologías
salen de los países que piensan e inventan el futuro.
2. Sociedades Orientadas al Presente: Consumo y Vulnerabilidad
Las naciones que priorizan el corto plazo suelen
enfrentar ciclos de crecimiento frágiles y lentos. El enfoque en necesidades
inmediatas, como subsidios o gasto público no estratégico, limita su capacidad
para acumular capital y resistir crisis. Sin proyección no hay visión, sin
visión no hay futuro, solo se vive y avanza al día. Mañana será otro día.
- Venezuela: Su
dependencia histórica del petróleo (95% de sus exportaciones) y la falta
de visión e inversión en otros sectores la dejaron vulnerable a la
volatilidad de los precios del crudo. La hiperinflación (400% en 2023,
según FMI) refleja una gestión económica reactiva, no planificada.
- Grecia: Tras
la crisis de 2008, el país enfrentó una recesión prolongada debido a un
alto gasto público en pensiones y salarios, sin reformas estructurales. Su
deuda supera el 180% del PIB (Eurostat, 2023).
- Nigeria:
Aunque es el mayor productor de petróleo de África, la corrupción y la
falta de inversión en agricultura e industria han perpetuado la pobreza
(63% de la población en 2023, según el Banco Mundial).
En estos casos, la falta de visión, de un plan, de
planificación, de objetivos a largo plazo genera un desarrollo socioeconómico
muy lento y una miopía financiera que conduce a deudas insostenibles a
inversiones en proyectos que no corresponden a las necesidades futuras del país.
3. Sociedades Orientadas al Pasado: Ahorro y Estancamiento
Algunas culturas valoran la tradición y la
preservación de su legado, lo que puede traducirse en aversión al riesgo, un
miedo hacia lo desconocido es decir el futuro y preferencia por el ahorro sobre
la inversión. Si bien esto genera estabilidad, puede ralentizar la adaptación a
cambios globales.
Cuando la orientación hacia el pasado se vuelve
un freno al desarrollo socioeconómico, suele ocurrir en países donde el
apego a tradiciones, estructuras jerárquicas o sistemas de creencias
obstaculizan la innovación, la igualdad de oportunidades o la adaptación a
cambios globales. Estos son algunos ejemplos destacados, basados en estudios
antropológicos, económicos y sociales:
Afganistán
- Tradiciones
que frenan el desarrollo:
- Estructuras
tribales y códigos de honor (Pashtunwali) que perpetúan conflictos
y marginalizan a las mujeres.
- Educación
limitada para niñas y resistencia a modelos educativos modernos bajo
regímenes como el Talibán.
- Impacto
socioeconómico: Alta tasa de analfabetismo (43% en
adultos), dependencia de agricultura de subsistencia y falta de
infraestructura básica.
India (en ciertas regiones)
- Tradiciones
que frenan el desarrollo:
- Sistema
de castas, que limita movilidad social y acceso a empleos calificados
para grupos marginados (Dalits).
- Prácticas
como la dote y los matrimonios infantiles, que perpetúan desigualdades de
género.
- Impacto
socioeconómico: A pesar del crecimiento económico, el
20% de la población vive en pobreza extrema, especialmente en zonas
rurales.
Guatemala
- Tradiciones
que frenan el desarrollo:
- Marginalización
de comunidades indígenas (40% de la población), con educación y salud
precarias.
- Resistencia
a reformas agrarias por élites que defienden estructuras coloniales.
- Impacto
socioeconómico: Alta tasa de desnutrición infantil
(47%) y desigualdad extrema (índice Gini: 48.3).
Estas sociedades muy orientadas hacia su pasado, en
general perciben el futuro como un riesgo, algo que no se puede controlar
justamente por ser el futuro que aún no llego. Muchos de estos países tienen
una larga historia y el pasado se volvió el periodo más importante. Estos
países enfrentan el dilema de equilibrar identidad cultural con la necesidad de
innovar. Los dos no son incompatibles, pero es un ejercicio difícil de manejar.
Factores clave que vinculan
tradición y subdesarrollo y que dificultan ir hacia adelante:
- Sistemas
jerárquicos rígidos: Castas, tribus o monarquías que
concentran poder y recursos.
- Religión
instrumentalizada: Usada para justificar desigualdades o
resistir cambios (ej.: prohibición de intereses bancarios en países
islámicos sin alternativas viables).
- Género
y exclusión: Tradiciones que limitan educación o
participación económica de mujeres.
- Resistencia
a la tecnología: Por temor a perder identidad cultural
(ej.: comunidades agrícolas que rechazan innovaciones).
Dicho eso, la tradición no es inherentemente
negativa; muchas culturas integran pasado y progreso (ej.: Japón). El problema
surge cuando la inflexibilidad impide adaptarse a desafíos
como globalización, cambio climático, nuevas tecnologías o derechos humanos.
Países como Arabia Saudita o India muestran que es posible reformar tradiciones
sin perder identidad, pero requiere voluntad política y diálogo social.
4. Tiempo y Dinero: ¿Ahorrar, Gastar o Invertir?
La relación con el tiempo define también la actitud
hacia el dinero:
- Futuro: En
los países que se proyectan, se prioriza la inversión (ej: Corea del Sur
destinó $19 mil millones a semiconductores en 2023).
- Presente: En
los países que viven el momento presente, predomina el gasto en consumo
inmediato (ej: Venezuela subsidia gasolina en lugar de diversificar su
economía).
- Pasado: Y en
los países que se refugian en su pasado, el ahorro busca seguridad, pero
sin canales de inversión eficientes (ej: Japón tiene $15 billones en
ahorros domésticos, pero baja inflación limita su circulación).
Conclusión: El Tiempo como Recurso Estratégico
La forma en que una sociedad gestiona su tiempo ya
sea anclada en el pasado, atrapada en el presente o proyectada hacia el futuro determina
su trayectoria socioeconómica. Países como Singapur o China muestran que la
visión a largo plazo atrae prosperidad rápida, mientras que otros, como
Venezuela o Grecia, ilustran los riesgos de la miopía financiera y de inversión.
Y otros países como Afganistán se quedaron bloqueados en su pasado, estancados
el riesgo es de acumular años, décadas, siglos de retraso socioeconómico.
En un mundo globalizado, donde la innovación, la
tecnología acelera el cambio, la capacidad de proyectarse hacia adelante se
convierte en el principal activo de las naciones. Como dijo el economista John
Maynard Keynes: "La dificultad no radica en desarrollar ideas
nuevas, sino en escapar de las viejas". Escapar del tiempo, en este
caso, podría ser la clave del progreso.
¿Y en México como estamos?
México: Un País en Transición entre Pasado, Presente y Futuro
México, con su compleja mezcla de tradición,
desafíos inmediatos y aspiraciones de modernidad, ofrece un caso fascinante
para analizar su relación con el tiempo y cómo esta influye en su desarrollo
socioeconómico. A diferencia de países claramente orientados al futuro (como
Singapur) o al pasado (como Afganistán), México oscila entre la nostalgia del
pasado, pero también la obligación de resolver urgencias del presente y esbozar
proyectos a largo plazo pero que la urgencia del momento presente acaba por arruinar,
lo que genera un desarrollo desigual pero con potencial significativo.
1. Iniciativas Futuristas: Semillas de Progreso
Claramente el tiempo más complicado de administrar
en México es el futuro. En México no hay, o muy poca visión a futuro, lo que
genera como consecuencia que hay intentos de planificación pero el entorno
profesional mexicano es tan inestable, flexible, imprevisible, que cuando hay
un poco de planificación la probabilidad que esa se realice como los planes lo
indican, es muy baja.
Por eso cuando preparo directivos expatriados
europeos que llegan a México desde países donde la planificación es el punto de
partida para todo, les explico que una de las grandes cualidades que hay que
tener para sobrevivir profesionalmente a México es la capacidad a administrar
la incertidumbre, porque estamos de manera permanente en la incertidumbre, todo
puede cambiar a todo momento. Para un Alemán, un Francés, un Holandés, un Inglés,
es muy difícil no poder prever, anticipar. Funcionar al día no es parte del ADN
Europeo. Los Mexicanos administran muy bien esa incertidumbre porque nacieron
en este contexto y muchas veces ni se dan cuenta que están en la incertidumbre
permanente.
En los últimos años, México ha impulsado
estrategias que apuntan a una visión de futuro, aunque con resultados dispares:
- Nearshoring
y manufactura avanzada: La relocalización de empresas debido a
tensiones geopolíticas entre Estados Unidos y China, ha posicionado a
México como un hub manufacturero. En 2023, recibió $32.1 mil millones en
IED, el mayor monto en una década (Secretaría de Economía). Proyectos como
la planta de Tesla en Nuevo León y la expansión de BMW en San Luis Potosí
reflejan una apuesta por la electromovilidad.
Pero la falta de proyección, de
visión no permitieron anticipar cambios drásticos, pero si conocidos y previsibles,
como la llegada del señor Donald Trump al poder en Estados Unidos que cambio
las reglas del juego y al final lo que todos consideraban como un hecho, acabo
beneficiando más al Estado de Texas que a México.
- Energías
renovables: Oaxaca alberga uno de los mayores
complejos eólicos de América Latina, con una capacidad de 2.5 GW. Aunque
el 31% de la electricidad proviene de fuentes limpias (SENER, 2023), la
dependencia del petróleo (Pemex aporta el 5% del PIB) sigue siendo un lastre.
Soñar que Pemex recuperará la gloria pasada de los años 70, se quedará en
los sueños, pero es la visión hacia el pasado que predomina, no hacia el
futuro. El declive del petróleo que Dubai anticipo hace 40 años, México
aún no lo ve.
- Infraestructura
emblemática: El Tren Maya, aunque polémico, busca
integrar económicamente el sureste y potenciar el turismo (sector que
aporta el 8.7% del PIB). Pero el proyecto que se realizó sin un plan serio,
ni estudios de factibilidad, de mercado, medioambiental, solo se realizó
porque el Presidente lo quería, sigue y seguirá siendo un proyecto no
rentable durante muchos años.
Estos esfuerzos muestran intentos por proyectarse, también
de diversificar la economía y atraer inversión, pero un proyecto sin un plan,
una visión, un porque y un cómo, no generará los resultados deseados.
De hecho les recuerdo el ciclo de vida y las 5
fases de la gestión de proyecto: 1era fase: inicio, 2da fase: planificación,
3era fase: ejecución, 4ta fase: supervisión y 5ta fase: cierre.
En México en muchos proyectos hay un inicio, la ejecución y el cierre (con
retraso). Falta la planificación y una supervisión seria.
2. Atrapado en el Presente: Informalidad y Desigualdad
México enfrenta desafíos estructurales que lo
anclan en el corto plazo, es decir la economía de la sobrevivencia:
- Economía
informal: El 58% de la población trabaja en
informalidad (INEGI, 2023), lo que limita la recaudación fiscal y el
acceso a créditos para inversión productiva.
- Pobreza
y seguridad: El 60.5% de la población vive en
pobreza (CONEVAL, 2022), y la violencia (40,000 homicidios por año)
desincentiva la inversión. Esto genera un círculo vicioso: las familias
priorizan el gasto en necesidades básicas sobre el ahorro o educación.
- Dependencia
de remesas: En 2023, recibió $63.3 mil millones en
remesas (Banco de México), fondos que sostienen el consumo inmediato pero
no se canalizan hacia proyectos de desarrollo.
Estos factores reflejan una sociedad que, por
necesidad, opera en modo de supervivencia, dificultando la planificación a
largo plazo.
3. Raíces en el Pasado: Tradición vs. Innovación
Los Mexicanos viven el presente tratando de
mantener las cosas como siempre fueron, es decir viendo hacia el pasado.
La cultura mexicana valora profundamente su
herencia histórica y cultural, lo que tiene ventajas y desventajas económicas:
- Turismo
cultural: Ciudades coloniales, Estados como Oaxaca,
Yucatán o Chiapas, sitios arqueológicos, capitalizan su legado
prehispánico y colonial, atrayendo 38 millones de turistas en 2023. Sin
embargo, este enfoque a veces descuida la modernización de otros sectores.
- Resistencia
al cambio: Querer mantener las cosas como siempre
fueron, mantener las tradiciones ancestrales puede tener un lado negativo,
generar una resistencia al cambio. Las tradiciones mexicanas son bonitas y
es lo que nos enamora de México, pero hay países que saben muy bien manejar
de igual manera el lado tradicional de su cultura pero también invertir en
el futuro del país como los países asiáticos que vimos más arriba, y los
que solo manejan el pasado dando la espalda al futuro. En este caso,
muchos países Africanos pero México tiende a estar en esa situación. El
peso del pasado es tan fuerte que es difícil de avanzar rápido hacia el
futuro.
- Agricultura
tradicional: El 13% del PIB depende del sector
agrícola, pero solo el 20% usa tecnología avanzada (FAO, 2023), lo que
limita su competitividad y productividad frente a potencias como Estados
Unidos.
4. Tiempo y Dinero en México: ¿Dónde Está el Balance?
La relación con el dinero en México es un reflejo
de su dualidad temporal:
- Ahorro
precautorio: Las familias ahorran el 15% de sus
ingresos (Banco Mundial), pero principalmente en efectivo o bienes
tangibles (terrenos, ganado), no en instrumentos financieros que generen
crecimiento.
- Inversión
extranjera vs. local: Mientras empresas globales apuestan por
manufactura avanzada, la inversión privada local es baja (19% del PIB vs.
25% en Corea del Sur). Y esto esta a punto de empeorar si el señor Trump
decide imponer sus 25% de aranceles a las exportaciones mexicanas.
- Gasto
público cortoplacista: Programas sociales como Pensión
para Adultos Mayores alivian pobreza inmediata, pero sin reformas
educativas o fiscales profundas (el gasto en educación es solo el 3.3% del
PIB, frente al 4.8% de la OCDE).
Conclusión: Un Futuro por Construir
México no encaja perfectamente en ninguna categoría
temporal: avanza hacia el futuro con proyectos de infraestructura y Nearshoring,
pero tropieza con los fantasmas del presente (desigualdad, violencia) y la
nostalgia del pasado (nacionalismo económico). Para acelerar su desarrollo,
requiere:
- Políticas
de Estado, no de gobierno: Continuar proyectos estratégicos más
allá de ciclos políticos.
- Formalizar
la economía: Integrar a los 32 millones de
informales al sector formal y al sistema financiero y productivo.
- Invertir
en capital humano: Mejorar educación técnica y acceso a
tecnología.
Cuando era estudiante en Economía aplicada a las
economías Latinoamericanas en el Instituto de los Altos Estudios de America
Latina de la Universidad de la Sorbona en París, eso hace 40 años, el
historiador mexicano Lorenzo Meyer comentaba: “México es un país de
contrastes, pero su mayor desafío es convertir su potencial en realidad”. 40
años después podríamos decir lo mismo. Aún no salió el potencial.
Si México logra equilibrar su orgullo histórico con
una visión audaz del mañana, podría emular a países como Corea del Sur, que
pasaron de la pobreza a la innovación en unas 4 décadas. El tiempo,
literalmente, está en nuestras manos.
La gran tristeza de México es que es un país de
mucha riqueza pero lleno de gente pobre. Entre otros factores su visión
cortoplacista con una orientación hacia el pasado no ayuda a un desarrollo, un
crecimiento rápido.