Por Olivier Soumah-Mis Consultor/Coach Interculturalista
Cuando hablamos de
choques culturales siempre lo ligamos a las expatriaciones.
Es cierto que todo
expatriado donde vaya al extranjero vivirá ciertos choques culturales, más o
menos violentos según la distancia cultural que separa el país de expatriación
del país de origen del expatriado.
Muchas veces me preguntan: ¿Cuáles el país más difícil para adaptarse culturalmente? En realidad no hay un país más difícil que otros, todo depende de las personas. En un mismo país un expatriado va a caer en depresión cuando otro se va a enamorar de la cultura local y no va a querer regresar a su país de origen.
El éxito y/o el
fracaso de una expatriación depende de las personas y de su preparación a la
adaptación a la nueva cultura en la cual todos los miembros de la familia van a
tener que integrarse.
Algunos conceptos importantes que debemos tener en mente al momento de decidir la aventura de la expatriación:
- La intensidad del choque cultural no es forzosamente proporcional a la distancia kilométrica que separa los dos países. No es porque me voy lejos que forzosamente el esfuerzo de adaptación será grande. México comparte 3000 kilómetros de frontera común con Estados Unidos y las dos culturas son opuestas en muchos puntos culturales.
§ - No
estamos hechos todos para ir a vivir en cualquier país del mundo. Es muy
importante conocerse culturalmente muy bien para saber en que tipo de molde
cultural podemos integrarnos sin que sea doloroso. Hay personas que se sentirán
como un pez en el agua en culturas estructuradas, organizadas, donde las cosas
se planifican. Otras personas se sentirán mejor en países más “caóticos” donde
las cosas son más espontáneas y se hacen en el momento según las circunstancias.
Muchos de los
fracasos de las expatriaciones tienen como raíz la mala elección del
expatriado. El error que hacen muchísimas empresas al momento de escoger un
futuro expatriado es que lo eligen sobre sus resultados profesionales, sus
competencias técnicas y su experiencia en la empresa, alguien que tiene cierto
tiempo en la empresa. Si la empresa necesita un nuevo director de mercadotecnia
en su filial de Japón, van a escoger al mejor gerente de mercadotecnia que
tienen en el corporativo o en una de sus filiales.
Hay que preguntarse
si este “mejor” gerente de mercadotecnia tiene los soft skills necesarios para
adaptarse. ¡Y muy pocas veces se hacen esta pregunta!!
Son estos soft skills
que permiten al expatriado, cuando las tiene, de reducir la intensidad de los
choques culturales. Cada miembro de la familia debe tenerlas, el miembro de la
familia que no las tiene esta en peligro de vivir una expatriación dolorosa o
peor una depresión.
Cuando el expatriado y su familia llegan en un nuevo país, es decir en una nueva cultura, y sin ninguna preparación cultural, llegan con su bagaje cultural, es decir con sus certezas, sus creencias, sus valores, normas y principios culturales y al momento de empezar a integrarse en el nuevo contexto cultural van a vivir un cuestionamiento de estas certezas y creencias, valores normas y principios. Nos vamos a dar cuenta que hay otras maneras de pensar, de ser y de hacer las cosas, de resolver problemas. Nos vamos a dar cuenta que las palabras no tienen el mismo sentido en todas las culturas, en realidad nada es universal, todo es local. ¿Qué quiere decir respeto para un mexicano, un francés o un japonés? Cada uno tiene su percepción de lo que es el respeto. ¿Llegar tarde a una cita es una falta de respeto? En algunos países lo es en otros no lo es. La palabra respeto existe en todos los idiomas pero no esta interpretada exactamente de la misma manera. ¿Qué quiere decir ahorita para un Mexicano o un alemán? Claramente no quiere decir lo mismo aún si la palabra existe en español y en alemán.
Al momento de vivir
estas situaciones el expatriado y cada miembro de su familia viven una perdida
de referencia, hasta las palabras ya no las entendemos muy bien en el país de
expatriación. Viven una situación de desestabilización profunda porque nuestro
nuevo entorno cultural nos cuestiona sobre nuestra esencia, nuestra cultura, nuestras
certezas y creencias, nuestros valores que nos inculcaron desde nuestra
infancia. Ya estamos en el choque cultural.
Para sobre vivir a
los choques culturales debemos tener ciertas cualidades intelectuales,
emocionales y psicológicas.
Todo expatriado debe
ser evidentemente adaptable, pero yo iría más allá de la adaptación, mi
experiencia me hace decir que un expatriado debe ser resiliente, porque en
cualquier país vamos a tener que adaptarnos a diferencias culturales aceptables
para uno pero también a diferencias culturales inaceptables para uno. El
expatriado no va a cambiar la cultura local, solo puede adaptarse a esta nueva
cultura para él. Pero puedo adaptarme solo si acepto las diferencias las que me
gustan como las que no me gustan.
Por eso el expatriado
y cada miembro de la familia deben ser empáticos y muy flexibles mentalmente
para poder aceptar las cosas como son, no como quisiera que fueran. Es
importante tener un verdadero interés por la cultura local para entenderla.
Siempre vemos el lado
“glamoroso” de las expatriaciones pero como coach interculturalista, que apoya
a directivos expatriados en problemas, les aseguro que la expatriación es un
reto, la adaptación es un proceso y es un esfuerzo intelectual y que todo
depende justamente de la flexibilidad mental de las personas en estas
situaciones.
Sobreviven a las
expatriaciones las personas que aceptan que otros confronten, cuestionen su
percepción del mundo, de su país de ellos mismos y que quizás también tienen
razón de ver las cosas como las ven. Las diferencias culturales enriquecen no
se sustituyen a mis certezas, creencias, valores, normas y principios
culturales.